11. mar., 2013

AJUSTES EN EL RECAMBIO

Hace unos años que vengo hablando sobre el tema ‘recambio generacional’.   Los obreros que empezamos este ministerio vamos pasando los sesenta años y no debemos atornillarnos al lugar que sabiamente debemos ir dejando a las nuevas generaciones.  Acompañando a los obreros que van cualificando y a la congregación tan acostumbrada a los pastores que llevan años en la misma,  mientras se van produciendo esos cambios en forma gradual.  No hay que quemar ninguna etapa, no quemar el o los obreros apurando por necesidad o cualquier otro motivo.  Por favor leer el trabajo sobre: “Presente y futuro del recambio generacional”
Evaluación crítica.
Debemos tener en cuenta que la iglesia todavía está en proceso, va camino hacia “El Varón Perfecto”  Será en algún momento una iglesia gloriosa sin mancha, sin arruga ni cosa semejante.  Efesios. 5 24 32.  Mientras tanto, si evaluamos a la iglesia en cualquier segmento de la historia de nuestro ministerio; la vamos a encontrar con faltas y hasta podríamos descorazonar a los que vienen atrás y que asumirán el compromiso de la etapa que toca a sus vidas y ministerios.
Por otro lado, esos obreros no tienen que olvidar que ellos mismos son el resultado de esa iglesia a la que tal vez hoy la encuentren carente de tantas cosas.  Creo que la pregunta que se deben hacer es si es que están verdaderamente dispuestos a trabajar por una iglesia gloriosa. 1. Corintios 3. 9.
A pesar nuestro, en las congregaciones hay gente de todo nivel.  Están los que por ‘causa del tiempo deberían ser ya maestros pero son niños crónicos’.  (Por favor leer: “El perfil del cristiano carnal”)  Están los apáticos e indiferentes que ya desparraman por el simple hecho (Según Jesús)  de no recoger. (Aquí leer: “Que hacer con los débiles y la debilidad”)  Luego están los fieles, pilares de la iglesia, que tal vez no todos toman púlpito pero a ellos le debemos todo lo que la iglesia hace en el día a día.  Luego están aquellos que nunca trajeron una sola persona a los pies del Señor pero quieren corregir ‘lo deficiente’ de nuestro trabajo. Una vez dije a una de esas personas que cuando levantara una obra como la que Dios levantó por mi intermedio recién entonces estaríamos a la misma altura para hablar o discutir el tema de una iglesia mejor.  A nosotros nos sobran ‘jueces’ y nos faltan obreros con el amor de servir.
Una lectura de Apocalipsis capítulos dos y tres nos da la perspectiva de cómo Jesús mira a la iglesia.  Algunas de ellas a nuestro juicio no merecían siquiera el nombre de ‘Iglesia’ y sin embargo el Señor todavía las llama así, reconoce lo bueno, manifiesta y reprende lo malo, llama al arrepentimiento y promete premiar a los que reparan lo requerido.  Recomiendo la lectura de: “Discernir el Cuerpo” y “La iglesia”  Para que como dice Pablo en primera a los Corintios; once veintidós: ‘No menospreciemos la iglesia del Señor’.
¿Cuáles son los desafíos que tienen que enfrentar los obreros que están y que vienen?
Hacia fuera, la realidad supera todo lo imaginado.  La sociedad de hoy experimenta un cambio tan grande moralmente involutivo en una anomia sin precedentes en la historia.  Por otro lado, ese aspecto; según Las Sagradas Escrituras, no tiende a cambiar para bien sino que por el contrario irá de mal en peor.
Hacia adentro, la iglesia sufre la influencia de la época y a estas horas hay que preguntarse ¿Qué significa ser cristiano hoy?  La advertencia de Jesús se hace oír cuando nos recuerda que si la sal se desvanece o la luz ya no alumbra, ¿Cómo serán las tinieblas y la corrupción de afuera?
Los obreros heredan, por así decirlo todo lo construido en la iglesia como edificio de Dios y todo lo construido en lo organizacional y lo materialmente hablando.  No empiezan de ‘Cero’.  A su vez hay gente clave dentro de la iglesia que debe ser identificada y reconocida con la cual debemos contar para hacer la obra y especialmente como red ministerial de contención alrededor de los nuevos obreros.
No deben cargar con elementos crónicos que no tienen interés de cambiar y que terminan siendo un tapón a toda iniciativa de trabajo.  Otro aspecto a considerar; es nuestro trabajo en el tiempo.  Todo movimiento o empresa cuando está entre los veinte y treinta años de su iniciación necesita un mecanismo reparador que le permita relanzarse con un nuevo impulso generando vida hacia adentro y hacia fuera. 
Diferentes modelos de ministerios.
El capítulo doce de la primera carta a los Corintios habla de la diversidad que hay entre los miembros del Cuerpo de Cristo.  La idea o necesidad de ser “el otro” habla de la falta de madurez e identidad.  Dios ha levantado personas de acuerdo a Sus propósitos.  Tomemos algunos ejemplos.
Para sacar al pueblo de Egipto levantó a Moisés, para introducirlo en la tierra prometida levantó a Josué.  Es cierto que Moisés por orden de Dios transfirió parte de la unción que estaba en él al poner las manos sobre Josué, pero también es cierto que dice que nunca se levantó otro como Moisés.  Números 27. 18 – 23; Deuteronomio 34. 9, 10.
En lo profético la doble porción del espíritu de Elías vino sobre Eliseo,  y allí se cortó la transmisión a la tercera generación de servidores por que Giezi  amó el premio de la maldad.  En el Nuevo  Testamento, tenemos el ejemplo de S. Pablo y Timoteo quien recibe entrenamiento y le fueron transferidos dones por la imposición de manos. 2ª Timoteo 1. 6, 7.  Pero Timoteo tenía su propio llamado y el espacio en el Cuerpo del Señor, su lugar en el ministerio era el suyo, no el de otro.
Finalmente decir que hay quienes fueron usados para traducir la Biblia a diferentes idiomas, pero no tenían los estadios llenos, Enoc es un héroe de la fe pero nunca hizo un milagro, el prodigio mas grande fue que caminó con Dios agrandándole en una época en que el juicio de Dios trajo el diluvio sobre toda la tierra.
Insistimos; para cada etapa de la historia, para cada ministerio a desarrollar Dios levantó  a personas hombres y mujeres que tuvieron su lugar y tarea a cumplir.  Este es un tiempo diferente, con grandes desafíos y grandes oportunidades de parte de Dios de ver su poder y su gloria manifestarse en y a través de la iglesia, a través de todos sus servidores.

 J.J. Churruarin