8. jul., 2013

Presente con futuro Promisorio

(Recambio Generacional)

En Génesis  encontramos con una interesante conversación entre Dios y Abraham. Ante la inminente destrucción de Sodoma, el Señor dijo al patriarca:« ¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer, puesto que ciertamente Abraham llegará a ser una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la tierra?» Génesis 18.  7-19. El que Abraham fuera partícipe de las intimidades del Altísimo pareciera tener una relación directa con la grandeza que le estaba reservada. Sin duda, la estatura del siervo crece en la medida que logra comprender el corazón del padre e insertar su servicio dentro de ese marco.
El pasaje contiene otro sorprendente elemento. El proyecto de Dios para Abraham no se terminaba con la muerte del patriarca. Más bien, Abraham era apenas el primero en lo que llegaría a ser una larga lista de obreros llamados a sumarse al gran proyecto del Padre de alcanzar con bendición a todas las naciones de la tierra. Es con esta proyección en mente que el Señor añade:
«porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él»
(Itálicas añadidas). Es decir, el cumplimiento de todo lo que el Señor había dicho a Abraham estaba supeditado a que el patriarca tomara los pasos necesarios para asegurarse que sus hijos caminaran por el mismo camino que él había caminado.

Falla Generacional
El detalle no es menor. Cuando la sabiduría y experiencia de una generación no es transmitida a la que viene detrás de ella se produce una ruptura que frena el avance del proyecto de Dios. El mejor ejemplo de esto lo encontramos en lo que sucedió luego de la muerte de Josué. El pueblo que había estado con él en la conquista de la tierra «sirvió al Señor todos los días de Josué, y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían sido testigos de la gran obra que el Señor había hecho por Israel» Jueces 2. 7. Sin embargo, cuando Josué falleció, a los ciento diez años, murieron los ancianos que sobrevivieron a Josué y también murió el pueblo que había visto las obras de Dios a favor de Su pueblo y «se levantó otra generación después de ellos que no conocía al Señor, ni la obra que Él había hecho por Israel» Jueces 2. 10.
Los resultados de la pérdida de identidad, como pueblo apartado para el Señor, no tardaron en hacerse ver: «Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor y sirvieron a los baales, y abandonaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban a su derredor; se postraron ante ellos y provocaron a ira al Señor. Y dejaron al Señor y sirvieron a Baal y a Astarot. Y se encendió la ira del Señor contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon; y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos» Jueces 2. 11-14.
Ante la euforia de habitar, finalmente, en la tierra prometida, los conquistadores olvidaron la tarea más importante que se les había confiado: la de capacitar y motivar a sus hijos a guardar la fe de los padres. Los avances en lo geográfico y político se vieron acompañados por un lamentable retroceso en lo espiritual.  Una falla generacional en la transmisión del patrimonio cultural y espiritual.
El líder que no se anticipa a los procesos necesarios para transmitir de una generación a otra la fe corre peligro de que todos los avances logrados en una vida de servicio se pierdan. Dejar las conquistas espirituales logradas en manos de personas que no han sido capacitadas para esta responsabilidad representa un terrible desperdicio de esfuerzos y recursos.

No tener en poco a los jóvenes en el liderazgo
En su carta al joven Timoteo, Pablo lo anima a que no permita que la gente desprecie su juventud 1ªTimoteo 4. 12. No obstante, el camino para asegurar el respeto de sus mayores no consistía en argumentar acerca de la validez de su ministerio. Más bien, debía ganarse el respeto de ellos por medio de un comportamiento ejemplar.

De la exhortación del apóstol se desprenden al menos dos observaciones. Primero, Pablo consideraba que los 1.- jóvenes debían tener participación en los proyectos de la Iglesia. El líder que desconoce esta realidad acabará perdiendo a sus futuros líderes a otras congregaciones. No obstante, la condición para la participación de los jóvenes es 2.- que tengan un estilo de vida que sirva de ejemplo a los demás. En el Antiguo Testamento debían tener como mínimo 30 años. Números 4.  23.
No se está hablando aquí, de una vida perfecta, sino de una que revela un nivel de madurez que va más allá de los pocos años de experiencia que típicamente poseen los jóvenes. El joven que carece de esta cualidad acabará haciendo mucho daño en el ministerio, pues su vida contradecirá el ejercicio de sus dones. No es coincidencia que, en el Antiguo Testamento, se consideraba que recién a los treinta años se le podía confiar mayores responsabilidades a los varones  Números  4.39."39 desde el de edad de treinta años para arriba hasta el de edad de cincuenta años, todos los que entran en compañía, para ministrar en el tabernáculo de la congregación;..."

Tener en cuenta como se han formado
En su carta a los Corintios Pablo señala que primero viene lo natural y luego lo espiritual 1ª Corintios 15. 46.Antes de que a un joven se le puedan confiar responsabilidades ministeriales debe haber aprendido a conquistar los aspectos naturales de su vida, demostrando disciplina personal. Probablemente esta sea una de las razones por la que Jeremías declara: «bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud» Lamentaciones  3. 27.
Cuando nos apresuramos a poner al joven en posiciones de responsabilidad podemos acabar quemando al obrero. Sin embargo, cuando observamos a un joven que ha logrado dominio de su vida natural, debemos complementar esta conquista abriéndole oportunidades para que crezca en el ejercicio de responsabilidades. Como claramente señala el autor de Proverbios, "la esperanza que se demora enferma el corazón" Proverbios 13. 12.

El gobierno de los inmaduros
Uno de las consecuencias del juicio de Dios sobre Israel es que él les daría «muchachos por príncipes, y niños caprichosos gobernarán sobre ellos»
Isaías 3. 1-4."1 Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá la provisión y el apoyo; toda provisión de pan y todo sustento de agua; 2 al valiente y al hombre de guerra, al juez y al profeta, al prudente y al anciano; 3 al capitán de cincuenta y al hombre de respeto, al consejero, al artífice excelente y al hábil orador. 4 Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores. "
Si recordamos las desastrosas consecuencias que resultaron del consejo inexperto y poco sabio de los jóvenes al rey Roboam  
1ºReyes 12. 1–13, "1 Y Roboam fue a Siquem; porque todo Israel había venido a Siquem para hacerlo rey.
2 Y aconteció que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat, que estaba en Egipto, porque había huido de delante del rey Salomón, y habitaba en Egipto; 3 enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam y toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam, diciendo:
4 Tu padre agravó nuestro yugo, mas ahora tú disminuye algo de la dura servidumbre de tu padre, y del yugo pesado que puso sobre nosotros, y te serviremos.
5 Y él les dijo: Idos, y de aquí a tres días volved a mí. Y el pueblo se fue.
6 Entonces el rey Roboam tomó consejo con los ancianos que habían estado delante de Salomón su padre cuando vivía, y dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que responda a este pueblo?7 Y ellos le hablaron, diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo, y lo sirvieres, y si les respondieres, y les hablares buenas palabras, ellos te servirán para siempre.
8 Pero él dejó el consejo que los ancianos le habían dado, y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante de él.
9 Y les dijo: ¿Cómo aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado, diciendo: Disminuye algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros?
10 Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le respondieron, diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo; mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
11 Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
12 Y al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam; según el rey lo había mandado, diciendo: Volved a mí al tercer día.
13 Y el rey respondió al pueblo duramente, dejando el consejo que los ancianos le habían dado;..."
Entenderemos lo peligroso que resulta darles responsabilidades para los que aún no están preparados. No por nada el apóstol Pablo exhorta a Timoteo a que "no imponga con ligereza las manos sobre nadie" 1ªTimoteo 5. 22.

Para estar en autoridad y en el gobierno de la iglesia
Los requisitos para gobernar sobre la casa de Dios claramente colocan el acento sobre un carácter formado 1ª Timoteo 3. 1-13.
1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola esposa, vigilante, templado, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
3 no dado al vino, no rencilloso, no codicioso de ganancias deshonestas, sino moderado, apacible, ajeno de avaricia;
4 que gobierne bien su propia casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad
5 (Porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?).
6 No un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en condenación del diablo.
7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no amadores de ganancias deshonestas;
9 que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia.
10 Y éstos también sean primero puestos a prueba; y luego ejerzan el diaconado, si fueren irreprensibles.
11 Sus esposas asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo.
12 Los diáconos sean maridos de una sola esposa, que gobiernen bien sus hijos y sus casas.
13 Porque los que ejercen bien el diaconado, adquieren para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
- La mejor oportunidad para que ellos desarrollen su carácter en santidad y sabiduría está en establecer relaciones de formación con hombres y mujeres maduros en la congregación. Este es el camino que recorrió Josué con Moisés, Eliseo con Elías y Timoteo con Pablo.
- En el marco de esta relación se los podrá ir entrenando en la obra, mientras corrigen fallas de carácter y de servicio.
- A la vez, estas relaciones asegurarán que los jóvenes no terminen frustrados, accediendo a espacios en los que pueden volcar las energías y el entusiasmo que tienen para servir a Dios.
Hay otros ejemplos entre los cuales estaban los recabitas que guardaban sin mácula el mandamiento de su padre, de modo que Dios los toma de ejemplo para corregir a Su pueblo de sus malos caminos.
Jeremias 35:18-19"Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Porque obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó;
19 Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará varón de Jonadab, hijo de Recab, que esté en mi presencia todos los dias"