10. feb., 2014

EL CAMBIO ES POSIBLE

Cuando una persona se siente como al final de sus propias fuerzas, cuando todo parece haber llegado a su fin, cuando la ansiedad por los afanes de la vida ahoga, es tiempo de cambiar. 

Un cambio es lo que una familia necesita cuando las relaciones se ponen insostenibles, ¿Qué nos pasa? Suelen preguntarse, necesitamos algo que cambie este estado enrarecido que produce frustración.

También pasa en el ámbito eclesiástico, cuando la iglesia entró en un período de decadencia hubo cristianos verdaderamente comprometidos con su fe que no se quedaron de “Brazos cruzados” emprendieron en forma sistemática la práctica del ayuno y la oración. ¿Es posible el cambio?

Algo empezó a despertarse dentro de ellos, comenzaron por ver lo que estaba mal y se arrepintieron de sus pecados y de los pecados de la iglesia y de los pecados de la Nación. En el mensaje de Pedro a la multitud, aconsejó exactamente eso; arrepentirse para que la presencia de Dios viniera tiempos de refrigerio.  Hechos 3.19."Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor son venidos;..."

Cuando una nación llega al punto del caos y de la confusión, cuando no se avizoran cambios en el horizonte, es tiempo de clamar el cielo por un cambio.  El cambio es posible si ponemos nuestra fe en Dios.  La sed y el hambre de la presencia de Dios empieza en algunos pocos, pero luego eso es como un contagio, que empieza a extenderse como un fuego que encuentra hierba seca, se enciende cada vez más hasta traer un avivamiento de la fe, como una nube de gloria desciende y todo empieza a cambiar.

La rutina hueca y vacía suele ser como una maquinaria muy bien armada y engrasada pero que no produce transformación en la gente.  Se multiplican los problemas cada día, esa forma de vivir se ha devorado la alegría y la inspiración la apatía suele ser un síntoma de la decadencia.

La gloriosa libertad.
Las Sagradas Escrituras nos enseñan que donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad.  Dicen también que toda la creación gime con dolores de parto por esa libertad.  Romanos 8.  19 – 22.  "19 De fet, la creació entera anhela impacient la revelació dels fills de Déu. 20 Tota la creació ha estat sotmesa al fracàs, no de bon grat, sinó per disposició d'aquell qui la va subjugar, mantenint, però, l'esperança 21 que un dia serà també alliberada la creació, de l'esclavatge de la corrupció per a participar en la llibertat gloriosa dels fills de Déu. 22 Sabem prou bé que fins ara tota la creació gemega i pateix dolors de part." El apóstol Pablo usa el mismo lenguaje para referirse a loa Gálatas, diciendo tener dolores de parto hasta que Cristo fuera formado en ellos.  Gálatas 4.19.  "Hijitos míos, que vuelvo otra vez a estar de parto de vosotros, hasta que el Cristo sea formado en vosotros;".Esos dolores son los que siente una mujer que va a dar a luz, esos mismos dolores deben sentir los cristianos que quieren dar a luz un verdadero cambio. ¿Te duele algo? ¿O estás insensible y apático? ¿Qué dolores tienes?

El hambre y la sed suelen traer dolor al que los padece, es esa urgencia de saciar esa imperiosa necesidad.  El salmista decía tener sed de Dios como el siervo que brama por las corrientes de las aguas.  Una verdadera transformación se encuentra solo en Dios.  Es por eso que debemos clamar por la presencia y manifestación del Espíritu Santo, que la nube de gloria descienda y nos envuelva, porque somos transformados por la gloria de Dios. 2ª Corintios 3.18. "Por tanto nosotros todos, puestos los ojos como en un espejo en la gloria del Señor con cara descubierta, somos transformados de gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor."

Así como en nuestras vidas, en nuestras familias, en la amada iglesia del Señor, la Nación necesita un verdadero cambio.  Quién sino Dios puede hacerlo. 

Clamemos por la manifestación de la gloria, de la presencia y del poder de Dios.
Persistamos en esta búsqueda, como el profeta Elías en el monte orando, hasta ver la primera señal de la nube que traería la lluvia de una verdadero cambio.