2. jun., 2015

EL HÁBITO Y EL MONJE

EL HÁBITO Y EL MONJE

El proverbio recomienda, no juzgar a las personas por su aspecto externo, pues no siempre el exterior corresponde al interior.  Pero en la vida y en el ministerio cristiano lo interior debe reflejarse en lo exterior.  1ra. Corintios  11. 7

Porque el varón es imagen y gloria de Dios. El Dios en lo interior debe reflejarse en lo exterior en la vida de la persona.

S. Mateo  22. 12, 13.    Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Más él enmudeció. ¿De qué estaba vestido? O más dicho, disfrazado.

Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. El día llega cuando como estés vestido determine tu entrada a las bodas del Hijo.

Vístase de Cristo

Romanos  13. 14  Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.  Colosenses 3. 12-14.  Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;   soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.  Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

Pero primero desvístase

Pero para vestirse de Cristo, primero hay que desvestirse del viejo hombre y es allí en donde fracasan no pocos. Se desvisten a medias y se visten a medias y se ven así medio hermanos.  

Efe 4:22-24  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,  y renovaos en el espíritu de vuestra mente,  y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Vestirse de la armadura

El vestirse de Cristo tiene que ver con nuestra esencia, con lo que somos, pero vestirse de la armadura tiene que ver con la lucha espiritual.  Efesios 6.  10 – 20  El profeta nos hace ver el tremendo conflicto de no estar adecuadamente vestido en esto del mundo espiritual.   

Zacarías  3. 1-5.    Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle.  Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?

Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel.  Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.  Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.  Hubo que quitarle las ropas viles antes de que lo vistieran correctamente.  Lo vil tiene que ver con el pecado y algunos guerrean espiritualmente así, es como entrar desnudos a la lucha.

La desnudez del ministerio

1º Samuel  19:23, 24.  Y fue a Naiot en Ramá; y también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá. Y él también se despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de Samuel, y estuvo desnudo todo aquel día y toda aquella noche. De aquí se dijo: ¿También Saúl entre los profetas?

Por increíble que parezca Saúl profetizo, solo que lo hizo desnudo.  Quien no está vestido de Cristo está desnudo en el ministerio.  No significa que no lo pueda hacer, solo que muestra la vergüenza de su desnudez en el campo espiritual y eso conduce a la derrota.

Las vestiduras sagradas y el ministerio

Cuando Aarón y María murmuraron, Números 12.  1 – 16; contra Moisés, ellos estaban diciendo la verdad, solo que con espíritu de murmuración.  Y esto desagrado a Dios.  Pero no fueron ambos disciplinados, sino María, ¿Por qué?  Porque Aarón como sumo sacerdote estaba vestido de las vestimentas sagradas y no debían ser contaminadas.  Dios cubre una falla humana en el ministerio pero no encubre el acto pecaminoso.  El pueblo no se movió en su andar, hasta que María no fue devuelta a la comunión con su pueblo.  

Y subieron Moisés, Aarón y Eleazar al monte para realizar el traspaso generacional en el ministerio de ése tiempo.  Números  20. 25 – 28.   Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al  monte Hor,   y desnuda a Aarón de sus vestiduras, y viste con ellas a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a su pueblo, y allí morirá.

Y Moisés hizo como Jehová le mandó; y subieron al monte de Hor a la vista de toda la congregación.  Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.

Hubo un día feliz, sin igual para Aarón; fue el día en que fue llamado al ministerio y Moisés lo viste con las sagradas vestiduras. Todo el tiempo en que duró su ministerio hubo un respaldo total de Dios en lo que él hacía, pero llegó el día en que el mismo Moisés lo desnuda y viste a su hijo con aquellas ropas.  Cuando le sacaron las ropas cayó muerto.

Al salir de las vestiduras,  sales de esa cobertura,  quedas desnudo expuesto a las consecuencias.

JJCh