16. jul., 2016

Somos la sal de la tierra

Somos la sal de la tierra

Lectura Bíblica:

Mateo 5:12-13 "Regocijaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y ser hollada de los hombres."

 INTRODUCCIÓN

1. a.      Luego de narrar las experiencias amargas de la tentación, iniciar sus primeras predicaciones y empezar a sanar a numerosos enfermos, Mateo señala el retiro de Jesús a un monte para enseñar a sus discípulos.
2. b.      De manera que después de enumerarles la serie de bienaventuranzas, y consciente de la situación en que se encontraba la gente de su época, Jesucristo lanzó una seria reflexión a sus seguidores.
3. Y como le encantaba que la gente entendiera con claridad lo que decía, usó uno de los ejemplos más comunes en aquel tiempo, el de la sal.

1. Jesús sabía que la sal es un mineral muy importante para el ser humano. Cual autor de la creación, tenía que conocer las propiedades de ella como para compararla con sus seguidores.

Es por eso que observamos tanta fuerza cuando Jesús declara: Vosotros sois la sal de la tierra. Es una afirmación imperativa.

1. b.      Veamos a continuación algunas características de la sal y su aplicación a la vida del creyente.

a)      La sal sazona, es decir, da sabor, gusto.

El cristiano debe dar sazón dondequiera que esté.

Su vida debe reflejar la verdad, la presencia y el gozo de nuestro Señor Jesucristo a aquellos que no lo conocen.

Sazonar ...

• Es presentar el Evangelio de las Buenas Nuevas de Jesucristo a aquellos que se pierden en sus delitos y pecados.

Sazonar ...

• Es predicar con la conducta los principios de la Palabra revelada de Dios.

b)     La sal preserva, mantiene en buen estado, conserva, evita la descomposición.

La acción preservadora del cristiano hace que la corrupción del mundo sea más lenta. ¿Acaso no estuvo Dios dispuesto a olvidarse de destruir a Sodoma y Gomorra si hubiera encontrado allí al menos a diez justos (Génesis 18:32)?

Esta característica preservadora del creyente verdadero es lo que demora el derramamiento de la ira de Dios sobre esta tierra corrupta. (2 Pe 3:9)

c)      La sal cicatriza, cura, restaura.

El creyente verdadero acciona como la sal que cierra las heridas, restaura y une los tejidos rotos.

• Cuando el pecador herido encuentra un cristiano en su camino puede contar con un buen samaritano.
• Uno que lo recoge, lo sana, lo hace descansar y le paga al dueño del mesón para que lo cuide, y vuelva a recobrar la vida.

1. La sal era escasa. Los hebreos contaban con una fuente de producción salina muy limitada a orillas del Mar Muerto (Sof 2:9), y en el Monte de la Sal (Yébel Usdum), este último relacionado con la suerte de la esposa de Lot (Gé 19:26).

Como cristianos debemos tener sal en abundancia, para sazonar bien el ambiente en el que nos movemos.

1. b.      La sal de Yébel Usdum era de una variedad rocosa o fósil que, debido a las impurezas y cambios químicos que se producían, formaba una capa exterior que casi siempre carecía de sabor.

Aquellos cristianos que se exponen a las impurezas del mundo pensando que pueden salir airosos pueden convertirse en un tipo de sal fósil, insípida.

1. c.       Esta es la clase de sal a la que se refirió Cristo cuando dijo: «…pero si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada [la tierra]?»

Así como conoce las propiedades de la buena sal, Jesús sabe que una sal insípida solo sirve para desecharla; porque el propósito de la sal debe cumplirse, de otro modo se tira.

• Si el cristiano pierde sus propiedades salinas, el ambiente en el que influye tenderá a corromperse con mayor facilidad.
• Además, es posible que él mismo degenere su vida en la medida en que pierde su salinidad.

Por tanto, es indispensable que mantenga esas propiedades que le permiten salar la tierra.

¿Cómo se pierde el efecto de la sal?

- Dejando de mantener una relación íntima con Dios.

- Permitiendo que los valores del mundo sustituyan a los que Cristo nos da.

- Cambiando su enfoque de la sagrada Palabra de Dios; entre otras cosas.

1. CONCLUSIÓN

El creyente deseoso de vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo es la sal que preserva a este mundo de la ira venidera.

Dios detiene el derramamiento de su ira por amor a sus escogidos.

El Señor nos exhorta en su Palabra, a través del apóstol Pablo: Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno (Col 4:5-6).

• Nuestra acción como cristianos debe ofrecer el sabor del Evangelio de Jesucristo a este mundo pecador.
• Nuestra vida como cristianos debe preservar el ambiente en el que nos desenvolvemos, y...
• Nuestra identidad como cristianos debe cicatrizar, unir y restaurar todo aquello que esté roto en la vida del pecador.

El Señor desea que la vida de sus hijos sea sal que sazone para bendición.

AYUDAS HOMILÉTICAS

• La sal contribuye a mantener la presión osmótica del cuerpo humano.
• La sangre humana contiene casi la misma proporción de sal que el agua de mar.
• La eliminación de la sal por el riñón debe ser compensada por la aportación de sal en la alimentación, de manera que el contenido salino se mantenga invariable en el organismo.
• La sal posee una potente acción anticorruptora. Se utiliza desde la antigüedad en la preservación de carnes, quesos, y toda la industria alimentaria.
• Los pueblos orientales empleaban sal para ratificar ciertas negociaciones, por lo que la sal se convirtió en símbolo de fidelidad.
• En las ofrendas levíticas de cereales (Lev 2:13), se usaba la sal como preservativo para tipificar la naturaleza eterna del «pacto de sal» que existía entre Dios e Israel (Núm 18:19; 2 Cr 13:5).
• Eliseo empleó sal para endulzar las aguas salobres del manantial de Jericó (2 R 2:19-22).
• A partir del siglo XIX la sal común se convirtió en una importante materia prima en la industria farmacéutica.