21. ago., 2016

Somos la luz del mundo

Lectura Bíblica: Mateo 5:14-16

 I. INTRODUCCIÓN

Observemos las calles de nuestra ciudad.

• Cuántas luces del alumbrado público se colocan a ras del piso.
• Solo se ponen así ciertas luces de adorno.
• Pero las que son para iluminar en general, se colocan en lo alto.

El evangelio de Mateo señala en este pasaje la insistencia de Jesús en enseñar a los discípulos en cuanto a la conducta que debían asumir como cristianos en el mundo en el que vivían.

Para ello usó la metáfora de la luz.

• La misma enseñanza es necesaria al día de hoy, cuando el cristiano tiene que moverse en medio de una humanidad que vive desafiando a Dios.
• Aun cuando en la época en que Cristo hablaba no se conocía la luz eléctrica ni su desarrollo como lo conocemos hoy, el Maestro usó la metáfora con urgencia imperativa.
• Veía la oscuridad que se cernía sobre el mundo con tanta precisión que quiso prevenir a sus seguidores empleando la figura de la luz, para que literalmente brillaran entre las tinieblas.

II. DESARROLLO

1. vs 14a "Vosotros sois la luz del mundo". LA LUZ DESCUBRE LO OCULTO

a. Como el sol, lumbrera que irradia luz constantemente, el cristiano debe:

i. Dejar al descubierto con su luz lo que está oculto.

ii. Alumbrar de manera que ilumine a otros.

iii. Brillar en el mundo, siendo transparente; de lo contrario será una luz opacada e inefectiva.

b. Jesús, la luz del mundo, nos ha puesto como lumbrera.

i. La luz que llevamos no es nuestra, es de Jesucristo. Es la verdad de Dios como está revelada en la Biblia.

ii. Esa luz de Cristo es la única que nos hace ver nuestra necesidad, que somos pecadores.

iii. Esa luz es la que les revela a los pecadores que solo Cristo puede perdonar y limpiar el pecado.

Ilustración:

Una tarde entre conferencia y conferencia  el hermano Thompson quiso salir a recorrer la ciudad en la que estaba ministrando junto con su nieta para que la conociera, y pidió un taxi desde el hotel. Después de pasear un rato, y sin hablar nada de Dios o del evangelio, el taxista le dijo: «¿Es usted un ministro evangélico?» El hermano Thompson le preguntó: «¿Cómo lo sabe?» «Es que hay algo en usted que lo delata», respondió.

No tenemos que andar con una Biblia gigante debajo del brazo para comunicar a los demás que somos la luz del mundo.

Juan 8:12 "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida."

2. LA LUZ ES PARA ALUMBRAR vs 14b y 15a "Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder"

a. La luz se enciende y se coloca en lo alto.

i. Debe alumbrar todo el espacio a su derredor.

ii. No se enciende una luz para ponerla debajo de un recipiente que impida su efecto iluminador.

b. El creyente en Cristo ha de brillar con su conducta, con sus obras.

i. Cristo nos hace objeto de su gracia para que seamos portadores de su luz.

ii. Jesús quiere que resplandezcamos para alumbrar a otros con la verdadera luz que nos da.

3. LA LUZ GUÍA EN SITUACIONES DIFÍCILES vs 15 "Ni se enciende un candil y se pone debajo del almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa."

a. Debemos ser como un faro en el mar

i. La luz del faro guía a las naves para que no naufraguen.

ii. Tenemos que orientar al perdido en el mundo turbulento y ofrecerle la posibilidad de llevarlo al puerto seguro: Cristo.

iii. Si no damos buena luz, los pecadores seguirán perdiéndose

(Ezequiel 3:18-19 "Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares, ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino, a fin de que viva, el impío morirá por su pecado, pero su sangre demandaré de tu mano. Y si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad, y de su mal camino, él morirá por su pecado, pero tú habrás librado tu alma.").

b. Debemos ser luz en nuestros hogares.

- Hemos leido: "y alumbra a todos los que están en casa."

i. Tenemos que enseñar las verdades de la Palabra de Dios a nuestra familia.

ii. Debemos luchar, con nuestro ejemplo y nuestra oración, para que se distingan de los hijos de las tinieblas.

4. LA LUZ GLORIFICA A DIOS vs 16. "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo."

a. Nuestra luz debe iluminar para la gloria del Padre.

b. La luz que brilla en nosotros debe redundar en buenas obras.

Ilustración:

Agustín, el gran teólogo, siempre llevaba encendida la antorcha de Cristo, aunque los demás no la vieran. Un día, le pidió a uno de sus discípulos que lo acompañara a predicar a la mañana siguiente. Fiel a su compromiso y deseoso de salir a las calles a proclamar el nombre de Cristo, el joven discípulo se reunió a las cinco de la mañana con su maestro, y salieron al pueblo. En su camino encontraron a varias personas necesitadas. Agustín y su discípulo los ayudaban a todos. Daban de comer al hambriento, le dieron agua al sediento, consuelo al afligido, y aliento al frustrado. Casi al anochecer, el discípulo le preguntó a Agustín: «Maestro, ¿cuándo empezaremos a predicar?» El anciano sabio le contestó: «Hijo mío, predica, predica, y predica. Y si es posible, habla».

c. Los pecadores deben ver que hacemos todo para la gloria de Dios.

• Alumbramos para que los pecadores vean nuestras buenas obras, y glorifiquen a Dios.

- Juan 3:21 "Pero el que obra verdad, viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios."

• Pero no para que las atribuyan a nuestra capacidad humana ni a cualquier deidad que se les antoje a ellos.
• Col 3:23 "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"

III. CONCLUSIÓN

El mensaje es claro:

• Dios quiere que el cristiano sea luz del mundo.
• Y para ello Jesucristo pone su luz en la vida de todo aquel que cree en Él.
• Esta cualidad hace que el creyente tenga una vida que afecte positivamente a quienes lo rodean.
• Es imposible que un cuerpo que posee luz pase inadvertido ante los demás.
• Por ello el creyente debe ser como la luz, que brilla en todo lugar.
• Que alumbra a justos e injustos, que glorifica a Dios.
• Además, cuando el creyente alumbra con la luz de Cristo, su vida es transparente, sincera, y verdaderamente cristiana.